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Viaja a París

París no se acaba nunca y el recuerdo de cada persona que ha vivido allí es distinto del recuerdo de cualquier otra. Qué mejor que las palabras de Hemingway, un enamorado de París, para describir esta ciudad bohemia y romántica, llamada la ciudad de la luz, que cautiva a todo aquel que la visita gracias a sus magníficos paseos por el Sena, a sus nostálgicos cafés y sus misteriosos rincones. Ven a conocer el París de obras como Rayuela o París era una fiesta, sumérgete en la ciudad y descubre cuál es la tuya. Ahora ya podrás decir aquello de "siempre nos quedará París".

Quien visite esta hermosa ciudad, no debería dejar de visitar los siguientes lugares:


Torre Eiffel

La Torre Eiffel es una construcción de hierro de 300 metros de altura que fue creada para la Exposición Universal de París de 1889. Actualmente constituye el símbolo más representativo de París.

El nacimiento de la torre:

Con un diseño creado por Gustave Eiffel, la construcción de la Torre Eiffel duró poco más de dos años y en ella trabajaron 250 obreros.


Inicialmente la torre fue objeto de controversia: los artistas del momento la consideraron monstruosa y, dada su baja rentabilidad al terminar la exposición, se planteó la posibilidad de derruirla en diferentes ocasiones.

A principios del siglo XX, con la llegada de las guerras mundiales, las autoridades encontraron su utilidad como antena de radiodifusión y con ella captaron mensajes que ayudaron a los aliados de forma decisiva.

Actualmente y gracias al auge de París como destino turístico internacional, la Torre Eiffel es el monumento más visitado del mundo con más de 7 millones de visitantes anuales.

Subir a la Torre Eiffel
Excepto para aquellos que sufran de vértigo, subir a la Torre Eiffel es una experiencia única prácticamente obligatoria para todos los visitantes de París.


Es posible acceder a la torre tanto en ascensor como por las escaleras, aunque antes de decidirse por la segunda opción es necesario saber que se trata de 1.665 escalones.


Utilizando las escaleras sólo es posible acceder hasta las dos primeras plantas de la torre. Aunque el precio de subir por las escaleras es algo más bajo, a no ser que se trate de un reto la diferencia no merece la pena.

Los mejores momentos para subir a la torre son la primera hora de la mañana, cuando aún no se han formado interminables colas, o bien al anochecer para disfrutar de la ciudad de las luces en todo su esplendor.



Catedral de Notre Dame


Construida entre 1163 y 1245 en la Île de la Cité, la Catedral de Notre Dame de París es una de las catedrales góticas más antiguas del mundo. El nombre de la catedral significa Nuestra Señora y está dedicada a la Virgen María.


En sus ocho siglos de historia, la Catedral de Notre Dame ha sido reformada en varias ocasiones, siendo la más importante la de mediados del siglo XIX. A lo largo de estos años se sustituyeron los arbotantes, se insertó el rosetón sur, se reformaron las capillas y se añadieron estatuas.

En Notre Dame se han celebrado importantes acontecimientos, entre los que cabría destacar la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra.

Las torres de Notre Dame
Notre Dame tiene dos torres de 69 metros en su fachada. Accediendo a la parte superior de las torres, además de apreciar las fantásticas vistas, podréis visitar el campanario en el que vivió el mítico Jorobado de Notre Dame y ver de cerca las múltiples gárgolas.


Para visitar las torres se accede a través de la entrada del lateral izquierdo de la catedral y se suben 387 empinados escalones a pie, ya que Notre Dame no dispone de ascensor.


Como consejo, la mejor opción es madrugar y llegar antes de las 10 de la mañana para ser de los primeros en la cola. Ésta va realmente lenta y durante el día puede durar más de dos horas.




Arco del Triunfo

El Arco del Triunfo es, junto a la Torre Eiffel, el monumento más representativo de París. Con unas dimensiones de 50 metros de alto y una base de 45 por 22 metros, el Arco del Triunfo representa las victorias del ejército francés bajo las órdenes de Napoleón.


La construcción del Arco del Triunfo duró treinta años: Napoleón ordenó su construcción en 1806 al finalizar la batalla de Austerlitz y el Arco se concluyó durante el mandato de Louis-Philippe. El arquitecto fue Jean-François Chalgrin.


El Arco del Triunfo ha sido testigo de innumerables momentos históricos entre los que podríamos destacar: el paso de los restos mortales de Napoleón el 15 de diciembre de 1840 y los desfiles militares de las dos guerras mundiales en 1919 y 1944.

La base del Arco del Triunfo
En la base del Arco del Triunfo encontraréis la Tumba del Soldado Desconocido, un monumento erigido en 1921 que con una llama siempre encendida representa a todos los franceses que murieron en la Primera Guerra Mundial y nunca fueron identificados.

En los cuatro pilares del arco están grabados los nombres de las batallas ganadas por los ejércitos napoleónicos y los de 558 generales franceses, algunos de los cuales murieron en combate y sus nombres se encuentran subrayados.

Acceder y subir al Arco del Triunfo
A pesar de que su altura es muy inferior a la de la Torre Eiffel, las vistas desde la parte superior del Arco del Triunfo resultan igual de impresionantes. El dinamismo de París en la confluencia de doce de sus principales avenidas es digno de admirar. Las vistas de los Campos Elíseos y de Barrio de la Defensa tampoco desmerecen la subida.

Para entrar al interior del arco y subir a la parte superior es necesario pagar una entrada y subir los 286 escalones que separan la terraza del suelo. En el interior también veremos un pequeño museo y datos sobre su construcción.

Ahora os presento algunas muy buenas ofertas que os pueden interesar para visitar París: