Siguiendo con los destinos caribeños, vamos a profundizar en la Rep. Dominicana.
La República Dominicana ocupa la parte oriental de la Isla La Española, y limita al oeste con Haití. Bañada por las aguas del Océano Atlántico y del Mar Caribe, ofrece una gran diversidad de parajes naturales, desde exuberantes junglas, altas montañas y bosques de pinos, hasta áridos desiertos y más de 600 kilómetros de paradisiacas playas rodeadas de arrecifes coralinos.

En la costa norte del país encontramos Puerto Plata, con sus angostas calles plagadas de edificios de estilo victoriano. Muy cerca se extienden las espectaculares playas de Dorada, Cofresí y Cabarete, ésta última de gran fama internacional por sus inmejorables condiciones para practicar windsurf y kiteboarding. En el noroeste, Samaná constituye un excelente punto de partida para observar las ballenas jorobadas, descubrir la romántica Playa Rincón, a la que es posible acceder en bote desde el pintoresco pueblo de Las Galeras, o relajarse en Playa Las Flechas, donde cuenta la leyenda que tuvo lugar una batalla entre los hombres de Cristóbal Colón y los indios taínos. Estos paisajes contrastan con los del suroeste, donde la naturaleza más salvaje sorprende al visitante con una original mezcolanza de lagos de agua salada, cascadas, acantilados, playas de dunas, parques nacionales como Jaragua o la Sierra de Bahoruco, y cuevas como las de Borbón, con más de 5.000 petroglifos, frescos amerindios y colonias de murciélagos. En el interior del país, aguardan otras interesantes poblaciones que visitar en los viajes a República Dominicana como Santiago, La Vega o Altamira.
La capital, Santo Domingo, es la ciudad más antigua del Nuevo Mundo, y en ella surgieron la primera catedral -Santa María la Menor-, el primer hospital de Las Américas y la Iglesia de los Dominicos -sede de la primera universidad-. Su casco histórico de influencia colonial, catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, está formado por más de 300 monumentos. Quien desee organizar un viaje a República Dominicana y alojarse cerca de la capital, pero en un ambiente menos bullicioso, puede hacerlo en localidades como Juan Doilo o Boca Chica, con una playa formada por una laguna y rodeada de un arrecife, próxima al Parque Nacional Submarino La Caleta.
La gastronomía dominicana tiene influencias españolas, francesas y africanas. El plato nacional tipíco que hay que probar en todos los viajes a República Dominicana es la bandera -arroz blanco, habas rojas y carne-, aunque existen otras propuestas tradicionales como el sancocho -un guiso con carne de vaca, yuca, patata, yame, yautía, plátano y cilantro-, el asopado -sopa con arroz, pollo, tomate y cilantro- y los tostones -plátano verde frito con un toque de sal y ajo-. Los pescados y mariscos suelen ser de excelente calidad. Para el postre, destacan el majarete -mazorcas de maíz rayadas, leche de coco, azúcar, vainilla y canela en polvo- y el jalao -dulce de coco rallado con melaza-. En el apartado de bebidas, el ron dominicano es el gran protagonista, aunque existen cervezas locales de muy buena calidad.
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Punta Cana:
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